El 20 de mayo de 1873, el Registro de Marcas y Patentes de los Estados Unidos le otorgó la patente, con número 139.121, a la empresa Levi Strauss & Co., en sociedad con Jacob Davis, por sus pantalones remachados, elaborados con tela vaquera azul, a los que originalmente se les llamó “XX”. Los crearon para resistir el trabajo rudo, sin embargo, hoy, son una prenda de vestir que no pasa de moda y que se combina muy bien con cualquier atuendo y ocasión.
Todo inició cuando Levi Strauss, un comerciante judío, de Baviera, en Alemania, se trasladó a la ciudad de San Francisco, en California, Estados Unidos, durante la época de la fiebre del oro, para iniciar ahí un negocio de ropa y calzado de trabajo. Sus productos eran de buena calidad, por lo que pronto se convirtió en el proveedor de otras tiendas en todo el oeste norteamericano. En 1872, Jacob Davis, un sastre de Reno, Nevada, lo visitó en su tienda y le comentó que, si bien sus pantalones eran buenos, tenían ciertos defectos, como que los bolsillos, tanto traseros como delanteros, se desprendían con facilidad por el peso de las herramientas que cargaban los mineros. Así que juntos encontraron la solución al problema: coserlos con hilo marrón de algodón, mucho más resistente; utilizar tela de mezclilla, en lugar de lienzo; y reforzar las costuras con remaches; una idea ganadora, que reafirmó a los jeans como la prenda ideal para realizar la faena.
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