El 9 de abril de 1953, se estrenó House of wax (Terror en el museo de cera), una película estadounidense, que fue la primera en conjugar el color, el sonido y la tecnología de visión estereoscópica o 3D, en la que, gracias a unos lentes especiales, se crea la ilusión de que la imagen sale de la pantalla. Estuvo dirigida por André de Toth y protagonizada por Vincent Price, y se trató de una nueva versión del filme Mistery of the wax museum (Los crímenes del museo), de 1933. La trama gira en torno a Henry Jarrod, el escultor de un museo, cuyas piezas son extremadamente realistas. Luego de un incendio que destruye todo el lugar, el artista tiene la idea de abrir otro museo, con una sala especial, llamada “cámara de los horrores”, y se obsesiona, especialmente, con recrear su escultura más preciada, la de María Antonieta, intentando usar como modelo a una de sus amigas.
En 2014, la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos declaró a la cinta como cultural, histórica y estéticamente significativa. Lamentablemente, debido a la ceguera que padecía en uno de sus ojos, el director no pudo apreciar los efectos tridimensionales.
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