Luego de una prolongada agonía, con miles de fieles orando por él en la Plaza de San Pedro, el Papa número 264 de la Iglesia católica murió el 2 de abril de 2005, a las 9:37 de la noche, hora de la Ciudad del Vaticano, a los 84 años de edad, por complicaciones de la enfermedad de Parkinson que padecía y otras afectaciones. De acuerdo con un informe oficial, sufrió un choque séptico con colapso cardiocirculatorio a causa de una infección en vías urinarias. El hecho ocurrió en la víspera de la celebración del Domingo de la Divina Misericordia, una fiesta que él mismo instauró.
Era de nacionalidad polaca y su nombre de pila era Karol Józef Wojtyla. A la edad de 58 años, inició su pontificado en 1978, el tercero más largo de la historia, con 26 años y cinco meses, rompiendo con una tradición de cuatro siglos y medio, en la que el cetro papal había pertenecido sólo a representantes italianos. Fue considerado el Papa del pueblo, ya que gustaba del trato con la gente; realizó 104 viajes por todo el mundo y, con la paz como estandarte, procuró un acercamiento con distintas religiones. Sobrevivió a dos atentados y se mantuvo fuerte hasta el final, pues tres días antes de fallecer se asomó al balcón para pronunciar, con mucha dificultad, su última bendición.
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