La crisis climática se ha convertido en un tema de conversación cada vez más sonado en los últimos años. De esta forma, a la hora de planificar los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, era fundamental que los comités involucrados cubrieran la demanda pública de crear un evento que priorizara la sostenibilidad.
Esta es la razón por la que las olimpiadas de este año se realizaron con el eslogan "Ser mejores, juntos; para el planeta y la gente". En su plan, el Comité Olímpico estableció medidas que tomaron en cuenta un bienestar para la sociedad, la economía y el medio ambiente, las cuales sentaron las bases para el futuro de los Juegos Olímpicos. Entre estas iniciativas, estuvo la producción de medallas sustentables.
¿Medallas de bronce, plata y oro?
El oro es el premio olímpico definitivo, significa llegar a lo más alto del podio, ganarse el derecho a ser llamado campeón; algo a lo que aspira todo atleta. Sin embargo, ¿sabía que este ‘dorado’ momento involucra muy poco oro real?
en los Juegos Olímpicos durante más de cien años. La edición de Estocolmo de 1912 fue la última en utilizar este metal.
Entonces, ¿de qué están hechas? Debajo de la cobertura brillante, tanto los campeones olímpicos como los segundos lugares llevan exactamente lo mismo: plata. En cuanto a las medallas del tercer puesto, en realidad, no son de bronce, sino que suelen estar hechas de una mezcla de cobre y zinc.
Pero ¿esto es válido como premio al esfuerzo de los atletas? Sí, porque la verdadera magia detrás del valor de una medalla olímpica nunca ha sido monetaria; lo realmente ‘destellante' es la victoria. Incluso, en los antiguos Juegos Olímpicos, los atletas recibían, como premios, coronas de olivo.
Proyecto Medalla Tokio 2020
Teniendo claro el material del que están hechas las medallas olímpicas, es mucho más fácil entender cómo es que las que se entregaron en Tokio 2020 fueron elaboradas de manera sustentable.
Y es que se hicieron a partir de dispositivos electrónicos usados e inservibles, tales como teléfonos móviles, cámaras digitales, consolas y videojuegos portátiles, y computadoras, los cuales se fundieron para producir hasta el último de los codiciados premios de esta edición olímpica.
Para lograr su objetivo, el comité organizador lanzó el Proyecto Medalla Tokio 2020, a través del cual se invitó a todos los ciudadanos japoneses a donar los dispositivos antes mencionados; una campaña que significó una oportunidad única de ser parte de los Juegos.
El proyecto quiso sacar ventaja del hecho de que miles de millones de metales preciosos, como el oro y la plata, que se utilizan en dispositivos electrónicos, se desechan cada año en todo el mundo debido a que las personas simplemente tiran o queman sus aparatos en lugar de asegurarse de que se recolecten y reciclen adecuadamente.
Este esfuerzo colaborativo tardó dos años, pues se necesitaba recolectar el material reciclado suficiente para producir alrededor de cinco mil medallas de bronce, plata y oro para la justa veraniega. Se estima que hasta el 90 % de las ciudades, pueblos y aldeas japonesas participaron en esta labor, estableciendo sitios de acopio de donaciones.
La campaña de reciclaje reunió 78 mil 985 toneladas de dispositivos electrónicos, que generaron 32 kilogramos de oro, 3 mil 492 kilogramos de plata y cerca de 2 mil 200 kilogramos de bronce. El diseñador de las medallas fue el artista Junichi Kawanishi, quien les dio, deliberadamente, una apariencia pulida, similar a un guijarro, para representar el ‘brillo cálido’ de las personas que se toman de la mano.
Si las preseas del campeonato en Tokio 2020 hubieran sido realmente hechas de oro macizo, valdrían alrededor de 25 mil dólares cada una (aproximadamente, 497 mil pesos); no obstante, su valor asciende a cerca de 600 dólares (casi 12 mil pesos).
Aunque los Juegos de Tokio 2020 fueron los primeros en hacer todas las medallas con materiales reciclados, el concepto no es nuevo, ya que, en los Juegos de Río 2016, el 30 % de la plata esterlina utilizada para las preseas de oro y bronce se tomó de metales reciclados.
Lo verdaderamente trascendental es que se espera que este gran esfuerzo siente las bases para los Juegos de París 2024 y las ediciones posteriores; y que, cada vez más, se integren iniciativas que consideren el cuidado del medio ambiente. Por lo que, para muchos, Tokio 2020 pasará a la historia no sólo por la terrible situación pandémica que los prorrogó, sino, sobre todo, por su gran impulso para crear un evento más sustentable que responda a los tiempos que está enfrentando la humanidad.
Con sus anillos brillantes, espero que las medallas sean vistas como un tributo a los esfuerzos de los atletas, reflejando su gloria y simbolizando la amistad.
Junichi Kawanishi
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