Los caracteres que dan forma a la escritura china, también llamados sinogramas o hanzi, son la expresión lingüística más antigua que aún se mantiene en uso. Éstos aparecieron a la par de la escritura cuneiforme de los asirios y de los jeroglíficos egipcios, los cuales no lograron sobrevivir a la Edad Antigua.
De acuerdo con la leyenda, los caracteres chinos fueron creados en el siglo 27 a. C., por el historiador Cangjie, a quien el Emperador Amarillo o Huangdi le encargó que desarrollara un sistema de escritura. Cierto día, mientras estaba sentado a la orilla de un río, Cangjie observó los elementos que lo rodeaban, por ejemplo, los peces, las aves, las ramas de los árboles, el sol, las montañas, etcétera, e intentó representar su figura a través de un trazo sencillo y abstracto, dando como resultado los pictogramas. En ese momento, llovió mijo del cielo y los fantasmas lloraron, temiendo que sus acciones serían condenadas por la escritura.
La historia anterior es únicamente un mito, por lo que no se puede determinar si es verdadera o no, pero de lo que sí se tiene constancia es que los primeros indicios de escritura china datan de entre los siglos XV y XI a. C., durante la dinastía Shang, y se trata de inscritos sobre huesos escapulares y caparazones de tortuga, para expresar los oráculos, llamados chia-ku wen.
Como ocurre con todas las lenguas, a través del tiempo, la escritura china se ha ido transformando, haciéndose más abstracta cada vez. Los caracteres pasaron de grabarse en huesos, a imprimirse en vasijas y otros objetos de bronce, hasta escribirse en papel. Incluso, hace no mucho tiempo, en las décadas de 1950 y 1960, el Partido Comunista introdujo nuevas versiones simplificadas de los caracteres antiguos, las cuales se convirtieron en el idioma chino estándar actual, aunque en lugares como Hong Kong y Taiwán, todavía, se siguen utilizando las formas tradicionales.
Arte en cada trazo
La elaboración y significado de cada carácter chino son complejos pero interesantes y bellos a la vez, y hasta artísticos; y es que, además de ser un recurso valioso como medio de comunicación, la caligrafía china, junto con la pintura, está considerada como uno de los elementos más significativos de la historia del arte chino.
Los caracteres chinos se identifican de acuerdo a las siguientes categorías básicas:
· Pictogramas o hsiang hsiang: Son la representación gráfica, estilizada, sencilla y abstracta de la forma de un objeto. Por ejemplo, mú (木), que significa ‘árbol’ o ‘madera’; o rén (人), que es ‘persona’.
· Ideogramas o chih shih: Son símbolos o gráficos que representan conceptos abstractos, como los números, por ejemplo, yī (一), ‘uno’; èr (二), ‘dos’; sān (三), ‘tres’; o shí (十), ‘diez’.
· Ideogramas compuestos o huei-i: Combinan dos o más pictogramas o ideogramas, para crear un carácter más complejo. Por ejemplo, los chinos asociaron el descanso con estar recostado al pie y a la sombra de un árbol, de manera que el pictograma de persona (人) colocado al lado del de árbol (木) da como resultado xiū (休), que significa ‘descansar’.
· Compuestos fonéticos, hsing sheng o logogramas: Se componen de dos elementos, el “radical”, que es un carácter que refiere al significado; y un “fonema”, que indica la pronunciación. Por ejemplo, el logograma ku (固) está formado por el radical wei (囗), que significa ‘cerca’, ‘cercar’ o ‘encerrar’, y el fonema ku (古), que indica, precisamente, que el logograma en cuestión se pronuncia ku, pero, por su radical, sabemos que significa ‘seguro’, ‘sólido’ o ‘firme’. La gran mayoría de los caracteres chinos de la actualidad son de este tipo.
De acuerdo con TED-ED, existen 214 radicales; cada uno, con su propia definición. A partir de ellos, se pueden hacer las combinaciones; algunos pueden funcionar solos, con un significado, o bien, en conjunto con otros caracteres, creando otro significado. Sin embargo, hay otros radicales que siempre necesitan un compañero.
De igual manera, los radicales pueden tener diferentes posiciones respecto del carácter que lo acompaña; es decir, en ocasiones, pueden ir a la izquierda, a la derecha, arriba, abajo o, incluso, alrededor.
Por su parte, son muchos más los fonemas o caracteres de sonido; se estima que son miles. Dado que éstos siempre van acompañados de un radical, muchos caracteres compuestos suenan igual, pero es su radical el que los diferencia en significado; y en una conversación verbal, el contexto. Y para hacerlo más interesante, los acentos en las pronunciaciones varían dependiendo del dialecto o la región.
Existe un par de categorías más, pero resultan un tanto más complicadas, y no pretendemos hacer de esta nota una clase de chino, sino sólo ayudarle a comprender superficialmente la lógica de esta asombrosa escritura.
Ahora bien, debido a la cantidad de pictogramas, ideogramas y símbolos fonéticos que existen y a la diversidad de formas en las que se pueden combinar éstos para crear otros caracteres más complejos, no resulta difícil de creer que la lengua china tenga un vocabulario de más de 50 mil caracteres distintos. No obstante, alrededor del 80 % de ellos ya está en desuso o rara vez se ocupan en el habla cotidiana actual. Y es que, por ejemplo, aunque en los diccionarios modernos, se incluyen de 6 mil a 13 mil 500 caracteres, sólo se emplean menos de 4 mil en el habla popular.
En cuanto al trazo de los caracteres, éste se basa en una variedad de pequeñas líneas que se realizan siguiendo un orden y de acuerdo a ciertas reglas de trazado. Esto es lo que le otorga la calidad de bella a la caligrafía china. Para trazar un carácter perfecto, podemos ayudarnos de un patrón, el cual consta de un cuadrado, con cuatro líneas que lo atraviesan: dos que lo parten a la mitad, tanto vertical como horizontalmente; y dos diagonales que van de esquina a esquina, dando como resultado un cuadrado con cuatro cuadrantes y ocho líneas que se unen en el centro.
Sobre dicha retícula como guía, según su forma y dirección, la regla para el trazado de las líneas que forman un carácter es:
· Horizontales: Se dibujan de izquierda a derecha.
· Verticales: Se dibujan de arriba hacia abajo.
· Trazo descendente a la izquierda: Se realiza de arriba hacia abajo, y de derecha a izquierda. Por ejemplo, el trazo semicurveado izquierdo del carácter rén (人) [persona].
· Trazo descendente a la derecha: Igualmente, se dibuja de arriba hacia abajo, pero de izquierda a derecha.
· Trazos curvos y de gancho: De arriba hacia abajo; como en el carácter yuè (月) [luna] o en jiū (九) [nueve].
Algunas curiosidades más
A diferencia de otros idiomas, en el chino, no existen los sustantivos en femenino o masculino, ni la conjugación de verbos en tiempo ni para cada sujeto; es decir, un carácter que refiere a un verbo, por ejemplo, beber, siempre es el mismo, independientemente de si se está hablando de él, ella, eso, tú, ustedes o nosotros. Y para indicar el tiempo (pasado, futuro, etcétera), únicamente, se coloca junto un carácter que refiere a cada tiempo.
La escritura de muchos países de Asia se basa, de igual manera, en pictogramas. Esto es porque los caracteres chinos influyeron enormemente en los idiomas hablados y escritos de las regiones vecinas; de ahí, el desarrollo, por ejemplo, del mandarín (hablado en Taiwán, Hong Kong y China); el taiwanés y el hakka (dialectos de Taiwán); el hanja (de Corea) y el kanji (de Japón).
Seguramente, al ver este sistema de escritura, bastante diferente al occidental o de las lenguas romanas o anglosajonas, ya era bastante sencillo concluir que el chino es un idioma complicado, sin embargo, luego de leer estas páginas, tal vez, la frase “está en chino”, que se refiere a algo sumamente difícil de entender o hacer, adquiere aún más sentido.
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