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Higiene y conservación de los alimentos



Lavar la fruta y la verdura bajo el agua corriente del grifo, frotando o cepillando con vigor su superficie, es un proceso que elimina algunos virus, pero no todos. Lo primero que hay que hacer es lavarse las manos, ya que no querrá transferir gérmenes a los productos antes de desinfectarlos.


No es recomendable lavarlas directamente en el fregadero, ya que es uno de los principales focos de contaminación en una cocina, debe hacerlo en un recipiente y siempre debe enjugarlas bajo el chorro de agua del grifo. Debe evitar el agua caliente, ya que puede proporcionar una vía para que los microorganismos entren dentro de los alimentos.


Lo ideal es no lavar los alimentos antes de que se vayan a consumir, ya que la humedad es un hábitat perfecto para que las bacterias prosperen, si bien no son necesariamente peligrosas, pueden acelerar el proceso de deterioro de los víveres.


Hay diversos productos para eliminar virus y bacterias en la fruta y la verdura, como el vinagre; para ello, se mezcla un vaso de vinagre con medio litro de agua, se sumergen en la solución durante 10 minutos y luego se enjuagan con agua.

El yodo también se utiliza, para ello, se mezcla con agua y se dejan en remojo durante por lo menos 20 minutos. O bien, si mezcla una parte de agua oxigenada por tres partes de agua, podrá usarlo como desinfectante, sumergiendo los alimentos en dicha solución durante 5 minutos.


También puede usar bicarbonato de sodio, vertiendo una cucharada de éste en un litro de agua, después se sumergen las frutas o verduras en esta solución durante 3 a 5 minutos y se enjuagan muy bien con agua. Además, un antiséptico natural es el limón, para utilizarlo tendrá que diluir el jugo de medio limón en medio litro de agua, agregarle una cucharada de sal y revolver. Y si lo que necesita es una desinfección más profunda, puede combinar un litro de agua con 20 mililitros de cloro, rociar las frutas y verduras con la mezcla y, posteriormente, enjuagarlas con agua.


Ahora bien, si desea desinfectar lechuga, col, espinacas o verduras similares, antes de desinfectarlas, quite la capa exterior de hojas y cualquier parte dañada o magullada que pueda albergar bacterias. En alimentos como manzanas, papas, zanahorias y otras frutas y verduras duras, utilice un cepillo para verduras durante el enjuague con agua fría para restregar la superficie.


Para eliminar la mayoría de microorganismos indeseados, deberá lavar todos los utensilios de cocina —especialmente, las tablas de cortar y los cuchillos— con jabón y agua caliente. De preferencia, utilice una tabla únicamente para las frutas y verduras y otra para lo demás; si necesariamente tiene que usar la misma para cortar, picar o triturar carnes, pescados, mariscos, frutas y vegetales, al terminar con cada producto, lávela fuertemente con una fibra o cepillo específico para ello, a los cuales puede agregar un chorrito de cloro y luego enjuáguelos con abundante agua durante varios minutos. Conviene mantenerla lo más seca posible, para que no se mezclen los distintos sabores ni se propaguen bacterias. Si es de madera, es aconsejable que de vez en cuando se emplee algún aceite vegetal para tapar los poros.


Entre otras recomendaciones, es importante recalcar las siguientes:

  • Al momento de hacer la compra, compruebe que se encuentre en buen estado; si el producto está empaquetado, revise que la envoltura no esté rasgada ni perforada; y siempre revise la fecha de caducidad.

  • Refrigere los alimentos en cuanto llegue del súper o el mercado, porque las temperaturas frías retrasan el desarrollo de bacterias dañinas.

  • Para evitar la contaminación cruzada de alimentos, lo mejor será utilizar correctamente los compartimientos asignados para cada tipo de víveres en el refrigerador. Al respecto, no olvide estas sugerencias:

- No llene el refrigerador en exceso. El aire frío debe circular para ayudar a mantener los alimentos en buen estado.

- Es importante conocer cómo almacenar los productos adecuadamente en el refrigerador, ya que la temperatura no es la misma en el interior:

- En el estante de arriba (8 °C), deben ir todos aquellos productos en los que se especifique: “Una vez abierto, consérvese en refrigeración”.

- En el anaquel de en medio (5 ºC), se colocan los huevos, productos lácteos, embutidos y pasteles.

- El lugar más frío es la última repisa (2 °C), justo encima del cajón de las verduras, donde se deben situar la carne y el pescado frescos.

- Los cajones de abajo (hasta 10 °C) están pensados para guardar verduras y frutas, que podrían estropearse a temperaturas inferiores.

- Los compartimentos o estantes de la puerta se encuentran en la parte menos fría del frigorífico (10-15 °C) y están destinados a almacenar productos que sólo necesitan una ligera refrigeración, como las bebidas, la mostaza, la mayonesa o la mantequilla.


Algunos consejos para conservar los alimentos en forma conveniente:


  • Enfríe o congele carnes, aves, huevos, mariscos y otros productos perecederos, dentro de las dos horas siguientes a la cocción o compra. Refrigere dentro de una hora si la temperatura exterior es superior a 32 ºC.

  • Nunca descongele los alimentos a temperatura ambiente, los alimentos se deben mantener a una temperatura segura durante el descongelamiento. Hay tres maneras correctas de deshelar los alimentos: en el refrigerador, en agua fría y en el horno de microondas. De las dos últimas maneras, se deben cocinar de inmediato.

  • Use o elimine los víveres refrigerados regularmente.

  • Siga las recomendaciones que aparecen en la tabla de almacenamiento en el refrigerador o congelador, que se encuentra en el manual de instrucciones.

  • El pescado fresco y limpio mantiene todas sus propiedades en la nevera durante 24 horas, mientras que la carne puede conservarse en perfecto estado hasta cuatro días, dependiendo del corte de la pieza.

  • Los embutidos duran más en piezas enteras que en lonchas y se conservan mejor si se guardan en recipientes cerrados o se cubren con plástico transparente.

  • Queso: Si está empezado, envuélvalo con plástico transparente sólo por la zona del corte; de lo contrario, favorecerá la proliferación de hongos. Utilice recipientes distintos para cada tipo de queso.

  • Leche: una vez abierta, absorbe con facilidad los olores que desprenden otros alimentos, por lo que es recomendable, conservarla aislada en el estante superior.

  • Huevos: excepto en verano, cuando el calor favorece la proliferación de microorganismos, pueden conservarse a temperatura ambiente, aunque el frío aumenta su vida útil. Se guardan con la punta hacia abajo, para evitar el deterioro de la estructura interna y garantizar su conservación.

  • Coloque los alimentos que acaba de comprar detrás de los que ya estaban, procurando que no tapen la pared del fondo, que es de donde procede el frío.

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