Cuenta la historia que cuando los españoles arribaron a tierras mexicanas en 1520, aprehendieron a Moctezuma II, entonces emperador de Tenochtitlan, y lo encerraron en el palacio de Axayácatl, donde éstos se refugiaban. Cierto día, Cortés obligó al tlatoani a asomarse al balcón, para calmar a la multitud que exigía su liberación; en ese acto, alguien lanzó una pedrada contra Moctezuma II, que le llevó a la muerte tres días después, el 29 de junio de ese mismo año. Inmediatamente, Cuitláhuac, su hermano y comandante del ejército mexica, asumió el cargo, convirtiéndose en el décimo y penúltimo emperador azteca.
Su primera acción como soberano fue encabezar la rebelión mexica contra la invasión española, logrando una victoria parcial el 30 de junio, en lo que se conoce como La Noche Triste. Posteriormente, se encargó de reconstruir Tenochtitlan y trató de fortalecer su ejército mediante alianzas con los señoríos vecinos de Tlaxcala, Cholula y Michoacán, pero éstos le negaron la ayuda debido a que, anteriormente, habían sido sometidos por los aztecas.
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