En las últimas semanas, nuestro país ha sufrido una intensa ola de calor, en la que se han alcanzado temperaturas por arriba de los 30 °C a lo largo y ancho de toda la república, llegando e, incluso, superando los 40 °C en algunas partes.
Exponerse a altas temperaturas ambientales, sin las medidas de precaución adecuadas, puede afectar la salud, presentándose trastornos leves, como miliaria (afección cutánea causada por la obstrucción de los conductos sudoríparos), calambres por calor, lipotimia térmica (desvanecimiento sin pérdida de la conciencia) y agotamiento por calor; o bien, el llamado ‘golpe de calor’, que es la lesión más grave por esta causa y ocurre cuando la temperatura corporal alcanza los 40 °C (104 °F) y hay alteración de la termorregulación. Esta condición debe atenderse en calidad de urgencia, ya que, de no recibir el tratamiento oportuno, puede dañar rápida y gravemente el corazón, los riñones, lo músculos y el sistema nervioso central, llevando, incluso, hasta la muerte.
Los golpes de calor pueden ocurrir por dos causas:
1. Exposición a un ambiente caluroso (sin esfuerzo): Es, básicamente, permanecer durante un tiempo prolongado en una atmósfera extremadamente calurosa, ya sea en interiores o exteriores.
2. Actividad extenuante (con esfuerzo): Realizar una actividad física intensa en un clima caluroso.
Factores de riesgo
Lactantes y niños menores de cuatro años, así como personas mayores de 65 años: La fortaleza del sistema nervioso central influye en la capacidad de resistir al calor extremo. En los infantes, dicho sistema no está del todo desarrollado, mientras que, en los adultos mayores, éste comienza a deteriorarse, por lo que es menos capaz de regular los cambios de temperatura corporal.
Actividades y condiciones del entorno: Incluye la realización de esfuerzo, deporte o ejercicio en climas calurosos; el cambio repentino de clima y de temperaturas, pasando, por ejemplo, de uno fresco a uno extremadamente caliente; y la falta de sombra, ventilación o aire acondicionado.
Algunos medicamentos: Hay fármacos que afectan la capacidad del organismo para mantenerse hidratado y responder al calor. Ante climas de altas temperaturas y épocas de calor intenso, se debe tener cuidado con los vasoconstrictores (estrechan los vasos sanguíneos), los betabloqueadores (controlan la presión arterial, bloqueando la adrenalina), los diuréticos (incitan la eliminación corporal de agua y sodio), los antidepresivos y antipsicóticos (disminuyen los síntomas psiquiátricos), y los anticolinérgicos. Si se está bajo un tratamiento que involucre alguno de estos fármacos, consulte a su médico antes de suspenderlo o sustituirlo, y acate sus indicaciones.
Embarazo.
Condiciones médicas específicas: Enfermedades crónicas, como las cardiovasculares y las pulmonares; la obesidad, trastornos de la memoria, como Parkinson, demencias, Alzheimer; y antecedentes de enfermedades asociadas al calor.
Consumo de alcohol y drogas, como anfetaminas y cocaína.
Síntomas del golpe de calor
De acuerdo con la Clínica Mayo y Medscape, y como ya mencionamos, la señal por excelencia de que una persona está sufriendo un golpe de calor es la temperatura corporal igual o superior a 40 °C; sin embargo, otros indicadores son:
Comportamiento y estado mental alterados: Incluye posible dolor de cabeza punzante, confusión, agitación, dificultad para hablar, irritabilidad, delirios, convulsiones e, incluso, coma.
Sudoración: Es diferente según la causa del golpe de calor. En el originado por ambiente caluroso, la piel se siente caliente y seca al tacto; mientras que, en el ocasionado por exceso de esfuerzo, la piel puede sentirse seca o ligeramente húmeda.
Náuseas y vómito.
Piel colorada a medida que la temperatura aumenta, respiración rápida y poco profunda, aumento significativo del pulso, ya que el calor eleva el trabajo del corazón para ayudar a enfriar el cuerpo.
Tratamiento
Los golpes de calor NO se deben tratar en casa, con remedios improvisados, además, el tiempo es vital. Es necesario que la persona que está sufriendo este problema sea llevada de emergencia a un hospital y/o sea atendida por un médico. Sin embargo, mientras llega la ayuda, se puede auxiliar al enfermo, con las siguientes acciones:
Alejarlo del sitio del calor; si está al exterior, llevarlo a la sombra o a un ambiente cerrado.
Quitarle el exceso de ropa, dejándolo lo más fresco posible.
Enfriar su cuerpo, metiéndolo en la ducha con agua fresca, rociarlo o pasarle una esponja con agua, abanicarlo o colocarle compresas de hielo o trapos húmedos sobre la cabeza, cuello, axilas e ingles.
Prevención
Durante las advertencias de ola de calor o al estar en lugares con altas temperaturas a las que no estamos acostumbrados:
Usar vestimenta fresca, holgada y ligera, ya que demasiadas prendas o ropa muy entallada dificultan que el cuerpo se enfríe adecuadamente.
Evitar los rayos directos del sol, mediante protectores solares de amplio espectro, sombreros y lentes oscuros, pues las quemaduras de sol afectan la capacidad del cuerpo para regular su temperatura.
Mantenerse hidratados.
Comentar al médico de confianza si se está bajo un tratamiento en el que se haya prescrito algún o algunos de los medicamentos que pueden favorecer los golpes de calor, con el fin de que éste proporcione la solución adecuada y segura.
No quedarse dentro de un automóvil estacionado, ni siquiera con las ventanas abiertas o estando a la sombra. La temperatura al interior de un coche estacionado bajo el sol aumenta 11 °C en 10 minutos.
Moderar el ejercicio y no realizarlo en horas donde la temperatura tiende a ser más alta, con la presencia de los rayos solares.
Actuar rápidamente al primer síntoma de posible enfermedad por calor.
Recuerde que los climas calurosos en exceso, sobre todo cuando no se está acostumbrado, pueden causar daños irreparables en órganos vitales e, incluso, la muerte. No lo tome a la ligera y mantenga vigiladas a las personas con mayores factores de riesgo.
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