La biznaga bola de hilo o Mammillaria herrerae (su nombre científico está dedicado al biólogo mexicano Alfonso L. Herrera, quien fue fundador del Jardín Botánico y del Zoológico de Chapultepec) es una planta perteneciente a la familia de las cactáceas y es endémica de Querétaro, aunque se puede encontrar en las zonas áridas de Sinaloa, Oaxaca, Puebla, Estado de México y San Luis Potosí. Se caracteriza por ser un cactus casi esférico, que, en su madurez, puede llegar a medir hasta 3.5 metros de diámetro; sin embargo, su crecimiento es muy lento, pues tarda entre 40 y 60 años para poder ser explotable. Sus frutos son blanquecinos.
Es un cactus emblemático de México, pero, desafortunadamente, se encuentra en peligro de extinción y está en la lista roja de especies amenazadas a nivel mundial, ya que, entre otras razones, se ha usado de manera inmoderada para fines gastronómicos.
El acitrón es un dulce tradicional que se hace con la pulpa de esta planta. Primero, la biznaga se pela y se corta en bloques; después, se cristaliza, mediante la sustitución de agua por azúcar, lo cual se logra al sumergirla en jarabe por varios días; al final, se deja secar. El producto de este proceso es el que se comercializa y se pone a la venta, y se usa para diversos platillos mexicanos, como lo son los chiles en nogada y la rosca de reyes.
Al ser un ingrediente tan popular, se han buscado medidas para disminuir la sobreexplotación de esta especie. Desde 2005, la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA) clasificó a la biznaga como una especie protegida; además, se encuentra bajo el amparo de la Convención Internacional para la Comercialización de Especies de Flora y Fauna. Sin embargo, en nuestro país, se sigue consumiendo el acitrón, aunque de forma ilegal. Ante dicha problemática, se ha buscado dar más soluciones, entre ellas, la sustitución del acitrón en las recetas, por otros alimentos cristalizados, como son el betabel, la jícama, el chayote, el xoconostle (una especie de tuna, que es fácil de conseguir), la papaya, la guayaba, la pera, la manzana, el membrillo y los diferentes sabores de ate.
Por otro lado, otra razón por la que la biznaga está en peligro de extinción es por la reducción crítica de su hábitat, ya que la agricultura va deforestando más espacios, para sus propios beneficios. Además, se extrae y comercializa ilegalmente, pues hay quienes la venden como una planta de ornato, sin pensar en el daño ambiental que pueden provocar, ya que este cactus es parte del proceso de polinización para una variedad de insectos, así como parte de la dieta de muchas especies de mamíferos.
Pero este caso no es exclusivo de la biznaga, pues hay más de 900 especies de plantas en peligro de extinción, y la mayoría de éstas es endémica de México. Entre ellas, están:
Mandrágora
Es una especie perteneciente a la familia de las cactáceas, la cual, también, es conocida como biznaguita o palito, aunque su nombre científico es Turbinicarpus mandragora. Tiene una forma globosa y llega a medir hasta cinco centímetros de altura y seis de diámetro. Se puede encontrar en los estados de Coahuila, San Luis Potosí y Nuevo León.
Aunque se reproduce varias veces a lo largo de su vida, necesita el polen de otras plantas para lograrlo, y, a pesar de ser polinizada por diferentes insectos y hormigas, al ser una planta solitaria, sus poblaciones son bastante reducidas. Por ello, su principal amenaza es su colecta ilegal, para uso ornamental.
Cocolmeca
También conocida como Dioscorea mexicana o caparazón de tortuga, pertenece a la familia Dioscoreaceae y crece en bosques secundarios, a altitudes comprendidas entre los 100 y 1,300 metros, en el territorio de Oaxaca y Veracruz. Esta planta es un tubérculo, del cual, nacen guías parecidas a las de una enredadera; sus hojas tienen forma de corazón y sus flores son de color púrpura o rojizo.
A su raíz, se le atribuyen propiedades diuréticas, como la depuración de los riñones y la sangre, además de ayudar en la reducción de peso; se cree que puede mejorar la circulación sanguínea y el desempeño sexual. Por estas características medicinales y alimenticias, es muy buscada, por lo que, actualmente, se encuentra en peligro de extinción y se ve amenazada debido a su extracción y venta ilegal.
Peyotito
El peyotito, peyote meco o Pelecyphora aselliformis es una especie nativa del estado de San Luis Potosí; se desarrolla en zonas entre los 1,800 y 2,400 metros sobre el nivel del mar. Su nombre científico proviene de las palabras griegas: pelekys, que significa ‘hacha’, y phoros, que es ‘tallo’. Es un cactus con apariencia esférica inicial, pero que, después, crece hacia arriba y adquiere una forma cilíndrica.
Dado que su reproducción tarda muchos años, es una planta difícil de preservar y su población en la naturaleza va disminuyendo. Además, se encuentra en peligro de extinción, ya que, debido a su valor ornamental, es extraída y comercializada de manera ilegal.
Falso peyote
También llamado peyotillo o Ariocarpus fissuratus es una planta originaria de Tamaulipas, Nuevo León y Texas, y pertenece a la familia Cactaceae. Su aspecto es bastante llamativo, pues es un pequeño cactus que crece sólo hasta 20 centímetros de diámetro y cuyos nodos terminan en triángulos puntiagudos, dándole una apariencia de estrella. Sus flores son de color rosa violeta, naranja o amarillo, y su centro es rojizo.
Se encuentra en peligro de extinción porque es muy demandada por su aspecto y porque tiene un gran número de alcaloides y propiedades alucinógenas, lo que ha originado que se utilice en ceremonias religiosas y en la medicina tradicional; además, su crecimiento es muy lento. Así que, a pesar de ser bastante resistente a las sequías, es difícil de preservar.
Barril de oro
Su nombre científico es Echinocactus grusonii y es una especie de cactus que se encuentra en peligro de extinción en su hábitat, es decir, en estado salvaje, porque, a pesar de ser una de las cactáceas más populares en el centro del país, su medio ambiente fue severamente reducido en la década de los noventa.
En la actualidad, es cultivada a nivel mundial, pero su crecimiento es bastante lento y puede tardar muchos años en llegar a medir apenas más de un metro de altura, lo que, en realidad, no es un problema, ya que la longevidad de esta especie va más allá de los 100 años.
Maguey de Nizanda o Agave nizandensis
Este maguey es una especie endémica de Oaxaca y se caracteriza por ser un agave diminuto; sus hojas verdes, suaves y estrechas, con una línea pálida en el centro, forman una pequeña roseta. Crece en la maleza de la selva baja caducifolia.
Se encuentra en peligro de extinción, ya que se enfrenta a los cambios que sufre el suelo, por parte de los seres humanos, y por la modificación y destrucción de su hábitat, por la extracción de piedra caliza y pastoreo; además de su extracción con fines comerciales.
Con estos ejemplos, queda claro que la razón por la que estas plantas se encuentran en peligro de extinción es la intervención humana. Hay que tener presente que este problema ambiental afecta a todo un ecosistema, pues no sólo se perjudica a una especie, sino a todos los que dependen de ella, ya sean animales o vegetales, y ello también afecta a la vida humana; de ahí, la importancia de cuidar nuestra vegetación y fauna.
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