Existen personas de carácter tan peculiar que logran generar sentimientos de afecto tan extremos, convirtiéndose en las más amadas o en las más odiadas. Tal es el caso del exfutbolista argentino Diego Armando Maradona, fallecido en noviembre pasado, quien fue idolatrado por muchos, pero despreciado por otros; que para unos fue un dios, y para otros, un diablo. Esto se debe, por un lado, a sus habilidades futbolísticas, que eran motivo de júbilo para los aficionados por ver a su equipo ganar, pero también de decepción y coraje para los rivales ante la derrota; asimismo, pesaba su conducta reprobable y antideportiva, asociada con las adicciones, la violencia y la irresponsabilidad, que ensombreció su carrera y su nombre. Sin embargo, no se puede negar que Maradona es un referente del fútbol mundial del siglo XX, la figura de la selección argentina de su época, cuya máxima hazaña tuvo lugar en tierras mexicanas. En las siguientes páginas, repasaremos su trayectoria, la cual tiene visitas tanto al cielo como al infierno, haciendo paradas en clubes importantes de España e Italia, y en cuatro Copas del Mundo.
· 1960. La creación
Nació el 30 de octubre, en la ciudad de Villa Fiorito, en Buenos Aires, Argentina. Desde muy niño, comenzó a destacar en los partidos callejeros y fue así como llegó al equipo infantil de Argentinos Juniors, conocido como Los Cebollitas, donde adquirió gran protagonismo.
· 1976-1980. Argentinos Juniors
A sólo 10 días de cumplir 16 años, el 20 de octubre de 1976, debutó en la primera división del Argentinos Juniors, dándose más a notar y concretándose como una promesa del fútbol. A los tres meses, fue convocado a la selección juvenil de su país, y gracias a su notable desempeño, fue considerado para asistir al Mundial Juvenil de Japón de 1979, donde anotó un total de seis goles, contribuyendo a que Argentina se llevara el título.
Luego de ese éxito, muchos equipos extranjeros intentaron ficharlo, sin embargo, “El Pelusa”, como se le conocía, prefirió continuar con Argentinos Juniors, con el que ganó tres torneos Metropolitanos, dos Nacionales, jugó 166 partidos y registró 116 goles.
· 1981-1982. Boca Juniors
Maradona ingresó a las filas del Boca Juniors en 1981, el equipo de sus sueños. Con él, ganó el torneo Metropolitano de esa temporada, pero desertó en febrero de 1982, para dedicarse exclusivamente a los entrenamientos con vistas a la Copa Mundial, que se celebraría en España ese mismo año. Su participación en el campeonato fue importante, pero no alcanzó para que la selección argentina levantara el trofeo, pues quedó eliminada en la segunda fase, antes de semifinales.
· 1982-1984. FC Barcelona
Después del mundial de 1982, “El Pibe Oro” se incorporó al equipo español FC Barcelona, con el que, pese a una lesión y una ausencia de tres meses para recuperarse de hepatitis, ganó la Copa del Rey y la Copa de la Liga, en 1983, anotando en esta última uno de los goles que definieron la victoria frente al Real Madrid, ejecutado con singular perfección que hasta la porra madridista lo ovacionó. Dejó el club en 1984, con un historial de 58 partidos jugados y 38 goles conseguidos.
· 1984-1991. Nápoles
Llegó al equipo italiano Società Sportiva Calcio Napoli, también referido como Nápoles, en julio de 1984, como un héroe que lo salvaría del descenso y lo llevaría a conseguir grandes triunfos; a cambio, éste le concedería a Maradona los mejores años de su carrera futbolística. Juntos ganaron la Copa de Italia de 1987, la UEFA Champions League de 1989, la Supercopa de Italia de 1990, y, quizá el logro más grande, sus dos primeros scudettos[1], en 1987 y 1990.
Copa Mundial de México 1986
A mediados de los 80, el nombre de Maradona ya resonaba a nivel internacional, pero si por algo fue y será recordado, es por las hazañas que logró en este campeonato. Fue en el partido de cuartos de final, contra Inglaterra, disputado en el estadio Azteca. El primer tiempo transcurrió tranquilo y concluyó con el marcador empatado a cero. Pero al inicio de la segunda mitad, exactamente al minuto seis, Maradona y el portero inglés debatieron por alcanzar el balón, que estaba en el aire; entonces, el argentino, con la intención de interceptarlo con la cabeza o con el pecho, brincó y con el puño izquierdo lo desvió en dirección a la portería, metiendo un gol. Ni el árbitro ni los jueces de línea vieron la ejecución, misma que el propio Maradona denominó “la mano de Dios”, por lo que, a pesar de no ser legal, validaron la anotación. Cuatro minutos después, el astro lo haría de nuevo, consiguiendo el que, años más tarde, fue calificado por la FIFA como el “gol del siglo”: a media cancha, tomó posesión del balón y desde ahí lo condujo hacia el área rival, esquivando en el camino a cinco ingleses, para rematar con un tiro triunfal. Por semejante gesta, se ganó otro apodo, el “Barrilete Cósmico”, pues parecía que venía de otro planeta.
El marcador final quedó dos a uno, y con ello, Maradona no sólo consiguió el pase a la semifinal, sino que hizo historia, con toda una nación a sus pies. Y es que el significado del partido se extendía más allá de lo deportivo. Rememoraba la Guerra de las Malvinas, que tuvo lugar en 1982, donde su país e Inglaterra se disputaron las islas Malvinas, que finalizó con la victoria británica; de modo que aquel encuentro suponía una reivindicación por parte de Argentina.
En la semifinal, la albiceleste derrotó a la selección de Bélgica, con dos goles a cero, ambos, cortesía del “Pibe de Oro”. El partido final fue contra Alemania Federal; estaba a siete minutos de terminar, con el marcador empatado a dos goles, cuando Maradona logró burlar a tres alemanes que lo rodeaban, para mandar un servicio a su compañero Burruchaga, quien anotó el gol del triunfo.
Aunque era la segunda copa que Argentina ganaba, la de 1986 fue especial y le supo igual o más exquisita que la primera, no obstante, fue la única que Maradona pudo levantar. Por su desempeño, la FIFA le entregó un Balón de Oro (diferente al que entrega la revista France Football), como reconocimiento al mejor jugador del certamen.
· 1990. Copa Mundial de Italia
Fue su tercer mundial y todo indicaba que podía repetirse la historia del anterior, pues la selección argentina logró superar la fase de grupos, venció a Brasil y a Yugoslavia en los octavos y cuartos de final, respectivamente, y se dio el lujo de eliminar al país anfitrión en la semifinal; no obstante, Alemania Federal le arrebató el título. Aunque el astro no se lució como en el certamen pasado, su nombre se imponía a sus contrincantes.
· 1992-1993. Sevilla FC
Salió del Nápoles bajo circunstancias polémicas, y se integró al equipo español Sevilla FC, para rescatar su carrera, pero resultó lo contrario. De su paso por el club, se recuerda más el escándalo que protagonizó durante un partido en el que insultó públicamente al director técnico por sacarlo del campo de juego.
· 1993. Club Atlético Newell’s Old Boys
Después del inconveniente en Sevilla, regresó a Argentina y jugó de forma efímera en el Club Atlético Newell’s Old Boys, donde sólo disputó cinco partidos, sin hacer ningún gol. Era inevitable, la estrella se estaba apagando; el dios se volvía terrenal.
· 1994. Copa Mundial en Estados Unidos
El primer partido, disputado contra Grecia, fue el último en el que Maradona anotó un gol mundialista, ayudando a que el marcador final quedara cuatro a cero, a favor de la escuadra argentina, pues fue expulsado de la competencia. La razón fue porque, luego del segundo encuentro, tuvo que someterse a una prueba antidoping, la cual salió positiva. La baja del futbolista no le sentó muy bien al equipo, pues aunque logró superar la fase de grupos, fue eliminado en octavos de final.
Maradona no volvió a jugar con la albiceleste. Así, a lo largo de toda su carrera, sus marcas con la selección fueron 91 partidos y 34 goles.
· 1997. Retiro
En 1995, regresó al Boca Juniors, pero su condición ya no era la misma y los problemas de adicciones aún lo acechaban. El 30 de octubre de 1997, justo el día de su cumpleños número 37, anunció su retiro de fútbol profesional. Su último partido como jugador ocurrió cinco días antes, contra el River Plate, adjudicándose la victoria, con dos goles a cero.
· 2008. Faceta de entrenador
Después de una década de ausencia, regresó a las canchas, pero ahora como entrenador. Bajo su dirección, Argentina asistió al Mundial de Sudáfrica 2010, aunque fue eliminada en cuartos de final por Alemania. Después del campeonato, probó suerte en distintos clubes, y en septiembre de 2018, llegó a México, para dirigir a los Dorados de Sinaloa.
· 2020. Juicio Final
El 25 de noviembre, murió a los 60 años de edad, en su natal Argentina, a causa de un paro cardiorrespiratorio, consecuencia de una complicación de una operación de edema cerebral a la que se sometió a principios de ese mes. Aunque, según las investigaciones, se cree que pudo deberse a una negligencia médica.
Los pecados
Aunque fuera considerado por muchos como el dios del fútbol, su parte humana cedió ante la tentación de los excesos y la violencia, transformando constantemente el paraíso de su carrera en un infierno. Su primer pecado lo cometió en el Mundial de España de 1982, cuando, en la segunda fase de la eliminatoria, durante el encuentro contra Brasil, que culminó con la derrota de la albiceleste, le propinó una agresiva patada a Batista.
El segundo fue en 1984, cuando aún jugaba para el FC Barcelona. Su equipo perdió la final de la edición de la Copa del Rey de ese año, frente al Athletic Club, lo que generó que, al término del encuentro, Maradona agrediera a un jugador rival, desencadenando una riña entre los miembros de ambos clubes. El arranque le costó tres meses sin poder jugar en competiciones españolas. Asimismo, fue durante esta época cuando se inició en el consumo de las drogas y su vida empezó a descarrilarse.
En 1991, mientras continuaba en el Nápoles, salió positivo, por primera vez, a una prueba antidopaje, por lo que la Federación Italiana de Fútbol le impuso una sanción que lo mantendría 15 meses fuera de las canchas. Fue por ello que dejó el equipo y regresó, por un corto período, a Buenos Aires, donde las autoridades encontraron drogas en su departamento. Por ello, estuvo un día en prisión, pagó una multa y se le ordenó que fuera a rehabilitación.
Previo al Mundial de Estados Unidos de 1994, Maradona se encontraba entrenando solo en su casa de Buenos Aires, lo que llamó la atención de periodistas y fotógrafos, para conseguir una exclusiva. El futbolista respondió al acoso, disparándoles con un rifle de aire comprimido. Como castigo, pagó una indemnización y fue sentenciado a dos años de cárcel condicional.
Finalmente, entre otros escándalos, en declaraciones posteriores a su expulsion del Mundial de Estados Unidos de 1994, Maradona dijo que, en esa ocasión, nunca tuvo intenciones de sacar ventaja deportiva; que las sustancias encontradas en su organismo eran producto de una bebida energetizante que había tomado momentos antes y que desconocía de ellas, por lo que sacarlo de la competencia fue injusto, argumentando que le habían “cortado las piernas”.
Amado u odiado, es cierto que Maradona fue, es y será una estrella que brilla fuerte en el firmamento del fútbol. Su herencia: 518 partidos jugados, 312 goles y una actuación épica e inmortal, cual dios, en México 86.
[1] El scudetto es una insignia en forma de escudo con los colores de la bandera italiana, que se plasma en los uniformes de los equipos que han conseguido ganar un Campeonato de Liga. La acumulación de 10 scudettos, equivale a una estrella, la cual se coloca sobre el logotipo del equipo.
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